martes, 26 de enero de 2010

La Tiranía del sueño

Hablando con amigos extranjeros que viven en España, cuando sale el tema, a todos les extraña mucho lo poco que duermen los españoles. El caso de lo sninos es el más evidente. Mientras que en otros países europeos no hay infante que no esté bien acurrucado más tarde de las 9, en España da la sensación, y no particularmente en verano, de que los padres tienen que "sufrir"a sus hios hasta seguramente las 11 de la noche. Cualquier profesor o educador infantil dirá que para un niño de unos 4 años dormir de 8 ó 9 horas no es suficiente. así que luego están cansados en el colegio. Con los adultos pasa los mismos: si los metros, buses y calles están repletos a la hora punta, y si al mismo tiempo la gente ve las películas de la televisión que terminan siempre pasadas las 12, el corolario es poca gente puede dormir 8 horas, y menos aún desayunar bien.
Tal vez el café compense la falta de sueño, o la enmascare, pero es posible que las caras de mala leche que se ven en los coches, tengan que ver con esta falta de sueno, o tambiénen parte el que en muchos (cada vez más ) bares, tiendas, comercios, y demás la gente no dé los buenos días. Esta claro que la cura para el mal humor y la mala educación no es dormir un poco más, pero seguro que algo ayuda. ¿por qué no colocar entonces las películas una hora antes? Es posible que todo tenga que ver con los ingresos: "tengamos a los ciudadanos colgados a la tele una hora más, multiplicado por impactos publicitarisos del EGM, etc. .. tanto" Si es así, que medien las administraciones públicas para controlar la situación, al menos en las televisiones que controlan... todo sea por sacar una sonrilla a más de uno en la mañana, y por disminuir el fracoas escolar, y las broncas con los niños que no se despiertan, y la mala leche al llegar a la oficina, o porque el que va en el tren pueda leer un poco en vez de ir con la cabeza colgada del cuello por no aguantar haber dormindo sólo cinco horas y media tras haber visto la película de la noche.

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