
Pasando páginas de una revista el domngo pasado (decir que se trataba de leerla sería demasiado ambicioso) me llamó la atención la fotografía de una butaca mecedora que tenía pegada a uno de sus lados, una cuna para bebés.
Es conocido el efecto positivo para propiciar el sueño de un bebé de un movimineto constante y ligero. Por lo general, muchos padres terminan arrullando a los bebés en sus brazos, que, como es lógico, se suelen quedar dormidetes muy contentos así... lo que trae algunos problemas futuros de cara a la conciliación del sueño. Otros padres buscan métodos ingeniosos para menear cucos, capazos y cunas, pero en la mayoría de los casos el movimiento o parte de la energía de los padres. Sé de padres que meten a los niños un ratillo en el cochecito (¡o hasta el coche!) a la espera de que el movimiento haga su efecto.
Esta idea de una butaca que, al mecerse, genera el mismo movimiento para el padre y para para el bebé me parece muy justa. No la he probado, por fortuna no me hace falta: nuestro bebé se porta de maravilla y coge el sueño sin apenas ayuda. De cualquier forma, la idea de justicia entre padres e hijos a una edad tan pequeña, cuando toda la balanza se inclina, como es lógico, del lado de los padres, me parece original... y por qué no decirlo, agradable, que se está mucho mejor leyendo en una silla que se menea que no de pie. con el brazo cansado y desesperado por ver que un bebé no puede conciliar el sueño.