jueves, 29 de octubre de 2009

Toros y aborto

¿Qué tiene que ver el aborto con los toros? Puede parecer que nada a primera vista, pero también puede ser que tenga mucho, al menos en cuestiones de debate de media tarde, o de tarde y media.

Creo que el tema de los toros tiene mucho que aportar sobre el debate del aborto. Más allá de la cuestión de los 16 años que me parece absurda y que no es en sí un debate sobre el aborto, sino más bien sobre la edad para ser adulto, veo interesante a efectos de reflexión sobre el aborto, pensar a cerca de lo que implica matar.
Si un niño mete un pisotón a una hormiga, la mata. Esto puede gustar más o menos, pero no es muy discutible; la mata.
Si un adulto hace lo propio y mete un pisotón a una hormiga, la mata.
La hormiga es un ser vivo, y nadie habla de que se la interrumpe la vida. Se la mata.
Sobre el tema del aborto se puede hablar muchisimo, pero creo que es bueno empezar hablando diciendo que se mata.
Lo digo así, no por una cuestión de defensa de valores determinados, sino porque es un hecho. Se mata un ser vivo. Si ese ser vivo es humano o no, cuándo lo será, etc. no me interesa para lo que quiero comentar. La verdad es, simple, y llanamente, que se mata. Es evidente que hablar de libertad de la mujer en la decisión del aborto y vincularla a matar no queda muy bien (no hace falta ser un experto de marketing para darse cuenta) de aquí que haya tantos eufemismos.

Voy centrando las ideas. No se me olvida que tengo que hablar de toros, y también que proponer una idea, pues de eso va este blog.

Yo estoy en contra de matar. Creo que no es algo bonito ni agradable, y que matar no va muy bien con la naturaleza humana. Me llama mucho la atención no ya que se busquen eufemismos por los grupos a favor del aborto, sino igualmente que muchos de los detractores estén, de manera común, a favor de los toros. ¡No es lo mismo un toro que un ser humano! Bueno, pues no. No entro, repito, en cuándo se es Ser humano. Me centro sólo en matar. Y al toro se le mata. Y es una criatura de Dios... pero se le mata.

¿Por qué tantos detractores del aborto ven con buenos ojos el tema de matar toros? No lo sé, pero me consta que es así. Y aquí queda vinculado el tema del aborto y los toros. Si todas las personas contrarias al aborto fueran contrarias a los toros, creo que algo se habría avanzando en la sociedad.

Vaya ahora la idea. Como he dicho, yo estoy en contra de la idea de matar. Sin entrar en cuestiones de filosofía que se remonten a Arístoteles sobre lo que es potencia y acto para explicar que un feto será bebé, creo que es evidente, y todo el mundo puede entender, que al matar a un feto se mata la posibilidad de un bebé. Si voy por el campo y arranco una hoja de un árbol expresando mi mal humor (seguro que algún ecologista que sea también pro-abortista me echaría una bronca monumental por arrancar la hoja) seguro que no mato la posibilidad de un bebé.

Bueno, pues dado que uno (y mucha gente en general) está muy en contra de esto de matar, ¿por qué no se debate, (de manera altamente progresista, eso sí) sobre la posibilidad de que los niños que unos no quieren, puedan ser adoptados por familias que no pueden tener niños? Hay miles y miles de parejas que ansían tener niños y que no lo consiguen; listas de espera interminables, viajes a China o Ucrania, muchísimos euros gastados en ello, etc. Es posible que a muchas mujeres que están embarazadas y que no quieren tener un hijo se las pudiera convencer de que su hijo puede hacer feliz a otra gente y ser donado para adopción. Esto se puede financiar por un Estado que piensa en el progreso, etc. La idea no es nueva, pero lo que sería revolucionario sería plantear esta idea como parte de una organización que pudiera dar solucion a miles y miles de personas, las que no quieren tener sus hijos, y las que no pueden tenerlos.

A mi me parece una solución muy razonable y buena para muchas personas, pero claro, para que las cosas pudieran ser así habría que empezar a decir que matar es matar, y tal vez así, quien tiene que tomar la decisión, tiene más remordimientos. Creo que es muy difícil que una mujer que lleva un niño dentro se pueda sentir muy bien teníendose que deshacer del mismo, creo honestamente que se debe sentir fatal. Mengunear y jugar con el lenguaje no puede quitar este sentimiento, y no es por tanto solución para el mismo. Bueno, tal vez lo sea si nos estamos volviendo imbéciles y se nos lava el cerebro tras repetir una y un millón de veces que parar un corazón no es matar. En la Alemania nazí se repitio hasta la saciedad que los judios no tenían derecho a nada, y fijaté que se consiguió hacerselo a creer a mucha gente. Vamos, que matar es matar, ya sea una hormiga, un toro, un feto o un bebé. Mejor llamarlo por su nombre.